ENSAYO
ACERCA DEL ORIGEN E HISTORIA DEL CONCEPTO “INFANCIA”
El presente ensayo trata acerca del concepto de infancia
el cual varía considerablemente en la historia y en las culturas y sociedades.
Durante mucho tiempo la
niñez no fue valorada socialmente pues los niños eran considerados un adulto en
miniatura, por lo que no se les reconocían necesidades diferentes a las de los
adultos y muy pronto tenían las mismas obligaciones que éstos. Durante la edad
media se mantiene esta concepción, pero, debido a las creencias religiosas, se
cree que el niño cuando nace está ligado al pecado; es por ello que se tiene
muy en cuenta la vida de los santos en la educación, principalmente familiar y
doméstica o ligada a los monasterios.
No es hasta el
Renacimiento cuando, al dar mucha importancia al pasado grecolatino, se
pretende construir un mundo nuevo, en el que se concibe al niño como un ser
“modelable”. A partir de esta época se extiende la idea de que la educación ha
de ser para todos/as y se incorpora la tendencia a la reeducación y a recoger a
niños abandonados en nuevas instituciones. Sin embargo, debemos tener en cuenta
que este cambio, aún, es más teórico que práctico. La crisis social, política y
económica que sufre Europa durante el Barroco no ayuda mucho a la implantación
de los nuevos ideales, sino que las penurias que se padecen conciernen en mayor
medida a la infancia, afectada por la mortalidad infantil, el abandono y la
hambruna. Dado el desolador panorama se publican unas disposiciones legales
sobre niños abandonados. Comenio es uno de los personajes destacables en este
periodo por que defendió la idea de una escuela para todos, en la que es
importante aprender jugando y en la que se tiene en cuenta el alumnado y sus
necesidades.
Durante la Ilustración,
la educación es considerada un medio de transmitir conocimiento y cultura por
lo que ganará popularidad entre la población que puede permitírselo. Las
aportaciones de Rousseau y Pestalozzi comportan un cambio positivo en la
concepción del niño, pues se tiene en cuenta el nivel de desarrollo de cada
etapa y a éste se adapta la acción educativa; dando así importancia al
desarrollo integral del niño/a. Aun asi, ocurre lo mismo que en épocas
anteriores: estos cambios son más teóricos que prácticos. Es durante el siglo
XIX cuando se adoptan medidas que en la práctica si afectan a la infancia, como
la aparición de Asilos o casas de caridad para atender a los niños/as mientras
que sus madre trabajaban; éstos son considerados los precursores de las
escuelas infantiles de hoy.
No obstante,
aunque la concepción del niño ha evolucionado, la realidad económica y social,
que dio lugar a la idea del niño como propiedad o recurso económico persiste y
sirve de sustento al trabajo y la explotación económica de millones de niñas,
niños y adolescentes en todo el mundo. Hace 100 años, los niños tenían una
significativa presencia como fuerza laboral en los países industrializados (en
algunos casos de hasta un 50%), trabajando jornadas laborales de hasta 13 horas
diarias.
Es por ello, y por los
estragos de la I Guerra Mundial, que Englantyne Jebb crea en 1923 la primera
Declaración de Ginebra, para comprometer a la humanidad en la defensa de los
niños/as, y que un año después se incluye en la Carta de Derechos de la
Infancia de la Sociedad de Naciones. Después de la II Guerra Mundial, se
realizan la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la
Convención sobre los Derechos de la Infancia (1989) para tratar de paliar las
brutalidades y el desamparo al que se han visto sometidos a lo largo de la
historia. Es en 1979 cuando hay un verdadero cambio con respecto a la
concepción de la infancia, pues a partir del año del niño, se considera a los
adultos responsables de que se cumplan los derechos infantiles.
Indiscutiblemente uno de
ellos es el derecho a la educación, y por la inquietud por el estado de ésta
surge la Escuela Nueva o Nueva Educación basada en la renovación de las ideas
de Rousseau que por fin se llevan a cabo en la práctica. Así, se considera que
todo niño/a tiene un potencial aprovechable y se tienen en cuenta sus
necesidades particulares, diferentes a las de los adultos.
Esta concepción de la
infancia que sigue vigente hoy en día podríamos definirla como: El primer periodo de vida humana, que se extiende desde el nacimiento hasta la adolescencia, en
el que se desarrollan las potencialidades, las capacidades y se sientan las
bases del desarrollo de la personalidad posterior del individuo. En definitiva,
es una etapa decisiva para intervenir y procurar en el niño/a un desarrollo
positivo en todos los aspectos (físico, motor, cognitivo, afectivo, social...).
Hoy, podemos afirmar que
el niño tiene una autonomía propia y una dignidad propia. Y podemos también
afirmar que no todo está por escribir, porque los factores del aprendizaje
pasan a través del patrimonio genético e interacción con el medio ambiente,
mediados por las formas significativas de la experiencia.